DEMOLICIONES
En primer lugar, hay que tener claros los conceptos derribar y demoler.
Derribar: Es lo opuesto a construir, significa deshacer lo construido, abatir una construcción.
Demoler: Deshacer lo derribado, romper materiales, componentes y subcomponentes del sistema constructivo general.
Por lo tanto, según cada definición, podemos llegar a la conclusión que no todo proceso de derribo implicar una demolición posterior, y que no todas las demoliciones van precedidas por un derribo.
Existen dos tipologías de derribos, el total y el parcial.
El derribo total es aquel en que se abate la totalidad del sistema constructivo. Puede ser simultáneo donde aquél se abate al mismo tiempo o por elementos si la totalidad del sistema constructivo se abate por partes. En los dos casos, el derribo puede ir precedido de la selección y retirada de aquellos elementos que se puedan aprovechar. En función del método de derribo que se emplee, hay posibilidades que posteriormente se realice una demolición.
Y el derribo parcial, es aquel que afecta parcial o totalmente a los subsistemas, o elementos concretos de un edificio. Este tipo de derribo suele ser habitual en los trabajos de rehabilitación.
Y respecto a las demoliciones, existen tres tipologías: demoliciones mecánicas, demoliciones manuales y demoliciones con explosivos.
Los trabajos de demoliciones, en la mayoría de los casos, se emplean para recuperar espacios en desuso, o porque los edificios que se encuentran en ruina puede ser realmente peligrosos.
Para llevar a cabo una demolición, es necesario un largo proceso de estudio y análisis en los que hay que tener en cuenta una serie importante de aspectos: como el entorno en que se encuentra el edificio a demoler, la dureza de los materiales, el tipo de material…
Este análisis, será el que determinará qué tipo de demolición es el más adecuado en cada caso.
Las demoliciones mecánicas se emplean para las actividades en las que se requiere un alto coste de personal cualificado, y en los que se requiere mucho tiempo para llevar a cabo la actividad. Se utiliza maquinaria y métodos mecánicos (excavadoras, cargadoras…) para la realización de los trabajos de tracción, impacto, empuje, fragmentación de materiales grandes o aquellos de difícil acceso.
Las demoliciones manuales se utilizan cuando se necesita un alto nivel de precisión, puesto que el edificio de demoler se encuentra en una situación inestable o peligrosa. Las demoliciones manuales son unas de las opciones más seguras y versátiles. Se realiza a través de herramientas manuales convencionales y modernas, como las herramientas de corte y perforación con disco.
Y por último, las demoliciones con explosivos son aquellas realizadas mediante la detonación de carga explosiva estratégicamente colocada en la estructura del edificio a demoler. Se realiza de manera controlada, debido al alto riesgo que supone. Es imprescindible una condición muy específica para su aplicación.